28/08/2018
La visita del Papa a Irlanda se ha deslucido debido al mal tiempo que ha azotado la isla durante estos días 25 y 26 de agosto, donde hubo que echar mano de los paraguas, chubasqueros y ropa de abrigo.
No sabemos si por las inclemencias del tiempo o por el malestar entre parte de la población irlandesa debido a los últimos casos de pederastia sacados a la luz que salpicaban a miembros de la iglesia católica, el número de asistentes a los actos del Encuentro Mundial de las Familias de Dublín fue mucho menor comparado con las previsiones que se hicieron en un momento. Y es que se calcula que casi 180.000 personas participaron en la misa del domingo en el Phoenix Park, en lugar de las 500.000 que se esperaban. Y si nos remontamos a la visita del anterior papa Juan Pablo II la diferencia es aún mayor, ya que en aquella ocasión le acompañaron cerca de un millón doscientos mil fieles.
A pesar del mal tiempo y de las aglomeraciones de estos días, el tráfico y la ciudad de Dublín consiguieron una razonable normalidad. Por ejemplo, desde Irlanda en Español mantuvimos todos nuestros horarios sin problemas, con lo que nuestros tours del sábado y del domingo partieron puntuales.
La llegada del Santo Padre a Irlanda, además de provocar la llegada masiva de fieles y viajeros, generó en estos días varias manifestaciones, tanto en las calles de Dublín (Arbourt Hill y O´Connell Street), como en la población de Tuam, lugar este último donde se encontró hace ya más de un año una fosa común con casi un millar de niños de madres solteras enterrados.
Este escándalo de la iglesia católica se reavivó estos días porque supuso una conmoción para los irlandeses, al descubrir que, entre otras cosas, en las llamadas Lavanderías de la Magdalena (Magdalen laundries) vivían internas cientos de mujeres en régimen de semiesclavitud por haber cometido actos "impuros".
Otra de las noticias que dio alas a estas protestas fue una carta del arzobispo Carlo Maria Viganò, donde recrimina al Santo Pontífice haber encubierto los delitos de abusos sexuales de los que se le acusan a Theodor McCarrick, cardenal norteamericano.
Una de las citas más multitudinarias de estos dos días tuvo su centro neurálgico en el Croke Park Stadium, el sábado ya de noche, aunque no todas las butacas se ocuparon, habiendo varias zonas vacías de espectadores, calculándose un aforo de unas 70.000 personas.
Varias enormes pantallas narraron con imágenes lo que allí ocurrió, distintas personalidades tomaron la palabra, así como el propio Francisco, que se dirigió a sus fieles en italiano.
Hubo muchos momentos emotivos, como cuando varias familias venidas de otras partes del mundo (Canadá, India e Irak) y de la propia Irlanda contaron al Santo Padre sus experiencias cristianas. Incluso la interpretación del Ave María de Franz Schubert por parte de Andrea Bocelli y Celine Byrne puso los pelos de punta al respetable.
Como ya hemos escrito en estas líneas, fueron cerca de 180.000 personas las que participaron en la misa que presidió el Papa Francisco en el Phoenix Park de Dublín.
Muchas menos de las esperadas y que quedó en evidencia al tomarse algunas imágenes aéreas, donde se veían grandes espacios vacíos, donde deberían haber estado, según los cálculos iniciales, otros 300.000 fieles.
De todas formas, no es desdeñable una suma así de público, que siguió con pasión toda la ceremonia religiosa, donde en varias ocasiones, también en italiano, la máxima figura de la iglesia católica hizo referencia a los casos de abusos sexuales que tanto resonaron estos días.
Por otro lado, reconoció el gran papel de las familias en la vida cristiana.
Tras este acto, el Papa volvió a Roma para descansar de estas dos maratonianas jornadas repletas de actividades.
Margarita Gruber es una experta en turismo de Irlanda. Lleva más de 25 años viviendo en la isla esmeralda y realiza excursiones y tours en este país desde hace más de 15 años.