El 12 de julio es una fecha que los protestantes de Irlanda del Norte vienen celebrando desde hace ya muchos años, donde rememoran la victoria que obtuvo Guillermo de Orange sobre el rey Jaime II, en la mítica batalla del Boyne en 1690.
En este día la Orden de Orange, una cofradía protestante que defiende la unidad de Irlanda del Norte a la corona británica, prepara desfiles por las distintas ciudades del Ulster, portando estandartes y siendo fácilmente reconocidos por cómo van vestidos normalmente, con trajes negros, guantes blancos, gorro negro y bandas naranjas. También participan bandas de música locales que dan ambiente festivo al evento.
Es un día que aprovechan los protestantes para reunirse, comer juntos y hacer reflexiones políticas.
Se puede decir que estos desfiles son la guinda de una semana de festividad. Pero hay otra celebración que destaca el 11 de julio. Y es la quema de pilas de palés de madera con banderas irlandesas y de la Unión Europea en todo lo alto que hacen los vecinos de los distintos barrios protestantes de cada ciudad. Algunas son impresionantes por su altura.
Esta fiesta también tiene su punto de conflicto. Y es que movimientos nacionalistas, más cercanos a la idea de república irlandesa, se sienten ofendidos por considerar como provocación este día. El ejemplo más importante y actual es la Revuelta Nacionalista de 1997, que se produjo tras permitir el presidente del Reino Unido de entonces, Tony Blair, marchar a la Orden de Orange por un barrio católico de Portadown. Esta revuelta fue apoyada por el IRA, y fue la última vez que actuaron hasta el famoso acuerdo de Viernes Santo de 1998.
Y el origen de esta fiesta se remonta a 1690, cuando el 1 de julio (según el calendario Gregoriano) muy cerquita del pueblo de Drogheda, a unos 50 kilómetros de Dublín, las tropas de Jacobo II de Inglaterra (católicos) y las de Guillermo III de Inglaterra (protestantes) se vieron enfrentadas cada una a una orilla del río Boyne.
El ejército jacobino no estaba bien preparado, sus miembros tenían poca experiencia militar y los Guillermistas no tuvieron problemas en ganar la batalla.
Esta victoria de Guillermo de Orange no tuvo mucho alcance a nivel internacional, pero sí que supuso el declive para los jacobitas.
Margarita Gruber es una experta en turismo de Irlanda. Lleva más de 25 años viviendo en la isla esmeralda y realiza excursiones y tours en este país desde hace más de 15 años.